viernes, diciembre 01, 2006

Tan lejos, tan cerca

Hace un tiempo escribí un post sobre la distancia y el tiempo, y lo difícil que era coordinar ambas variables para estar cerca de los que queremos. Ese post estaba en parte dedicado a mis amigos que están lejos. Éste está entero dedicado a ellos, a ustedes.

1. Los documentalistas
El 12 de septiembre mis queridos amigos y colegas Pola, Cata y Cristóbal partieron al Cáucaso a hacer un documental sobre la vida en Armenia, Georgia y Azerbaiján a 15 años de la caída de la Unión Soviética. Si no estoy equivocada, en estos momentos deben estar en Rusia, en la etapa final de la travesía. Vuelven a Chile los primeros días de enero, con sus mochilas y sus cámaras llenas de historias y novedades para contar. Debo confesar que ahora los envidio un poco: debe ser rico viajar tanto, tanta distancia para cumplir un proyecto que tú mismo te planteaste.
Yo y los viajeros en Valparaíso: Abajo, Cata y Cristóbal. Arriba, Pola y yo.

2. Mi amiga en el centro del mundo
Corría el año 1990 y al cuarto básico B llegaron dos niñas ecuatorianas, hijas de representantes de la Fuerza Aérea. Con una de ellas, la Gaby, nos hicimos inseparables. Lamentablemente, tuvo que volver a su país al año siguiente, pero seguimos en contacto a través de cartas, postales (que luego cambiamos por el mail y el MSN) y llamados telefónicos para los respectivos cumpleaños. El año pasado, se casó con Viche y en febrero de este año nos reencontramos en su país después de 15 años y me di cuenta de que el tiempo y la distancia no son nada cuando existe una verdadera amistad. En estos momentos, mi amiga está esperando a su primer hijo, el que espero ir a conocer apenas nazca.
Este año, en las alturas de Quito.

3. La patiperra
Cinco días después de que yo viniera a este mundo, llegó ella, mi prima. Tal cercanía cumpleañera nos hizo inseparables, casi como hermanas. Con ella hemos vivido todo: primeros juegos, amores, desventuras, carretes, llantos, aventuras.... de todo. Ella es la locura, yo la calma. En febrero del 2005, partió por primera vez, a Nueva Zelanda, a trabajar en una vendimia (es enóloga). En agosto de este año, se fue a California, a aprender de lo mismo. Y repentinamente, en octubre, apareció en Francia, luego de ganarse una beca por dos años en una escuela de vinos. A ella la extraño con todo el corazón. De haber estado tan cerca durante casi toda nuestra vida, ahora está lejos, especialmente mientras estuvo en EE.UU, donde apenas podía conectarse a internet. En estos momentos la siento más cerca, gracias a internet, pero no puedo negar que se me rompe el corazón saber que no la veré en tanto tiempo.
La Lore y yo, año 2005.
No puedo negar que me cuesta tener a quienes quiero lejos. Pero estoy feliz de que estén cumpliendo sus sueños y sus proyectos. Espero, algún día, ser yo la que se va.

3 comentarios:

  1. Aquí estoy, leyéndonte y agradeciéndote por tu gran amistad Valezú.

    Ahora estamos en Tallin, Estonia ya definitivamente en las últimas patitas de nuestra loca aventura.

    Un gran abrazo

    cristobal

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  2. El año pasado se me fueron tres amigos fuera del país a cumplir sus sueños. Era la primera vez que me pasaba e imsgínate que fueron tres de una.

    Ahí me di cuenta que cuando un amigo se va, pasamos inevitablemente por tres reacciones.

    La primera: la nostalgia de saber que ya no estarán cerca y la pena de presentir cuánto se les va a echar de menos.

    La segunda: el orgullo y la felicidad compartida al saber que están cumpliendo sus sueños y sus metas.

    La tercera: ¿Y yo? ¿Cuándo partiré yo?

    Ya han vuelto dos de mis amigos, y sólo me queda una que anda patiperreando por china (como bien dices, internet sirve mucho)... y yo últimamente he estado atravesando por la tercera etapa...

    Fue muy lindo el homenaje que le hiciste a tus amigos.

    Un abrazo,
    Soledad.

    PD: ¿Todo bien, Vale? Ojalá las cosas estén marchando mejor.... es bueno acordarse de los amigos en los momentos difíciles.

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  3. ¡Qué lindo es tener amigas como tú que le hacen homenajes a sus amigos patiperros! jajaja Sip, así no más es... cuando un amigo parte, da mucha pena. Yo tuve una amiga gringa que llegó al colegio y estuvo un año (cuando estaba en quinto año). Se llama Leilani Gilliams pero claro, se fue cuando Internet era todavía un sueño y nos comunicábamos por carta, hasta que la lejanía nos alejó y nunca más supe de ella... ¡¡Y era una gran amiga!! En fin, ahora se va mi pololo por tres años quizás a estudiar a Buenos Aires y aunque sé que estará cerca... igual lo echaré de menos... ¡mucho!
    Besitos Vale y espero pronto te decidas a patiperrear.

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"Puedo no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo" (versión libre de la frase de Voltaire)