jueves, octubre 29, 2009

El Ahora

Hace algunas semanas he estado leyendo "El poder del Ahora" de Eckhart Tolle, como parte de un proceso de crecimiento y reforzamiento personal que estoy viviendo. Y ha sido una excelente experiencia. Cuando tus pensamientos y sentimientos se encuentran enredados como una desordenada madeja de lana, es liberador encontrar algo que sistematiza y explica lo que tú ya sabes. Eso me pasa con este libro. Sentir que realmente no estoy tan perdida y que realmente se puede disfrutar de la vida sin sufrimiento. Conceptos como "Ser", "Ahora", "Situación Vital", "Tiempo psicológico", "Mente" se están haciendo constantes en mis conversaciones, reflexiones y escritos. Porque realmente creo que el momento es ahora, aunque para muchos sea un cliché o un imposible. Porque he vivido el Ahora, y pretendo vivirlo siempre, permanentemente, constantemente, como debe ser. El pasado sólo trae angustia y el futuro, ansiedad. En el momento presente es cuando vivimos, es cuando arreglamos lo que está mal y también cuando nos equivocamos. El Hoy es lo que realmente tenemos, no hay más. Y hay que disfrutarlo.
Nuestra mente nos domina, nuestro ego nos dirige. Hay que ser capaces de salirnos de eso y observarlo: observar nuestros pensamientos, observar nuestro ego, nuestras emociones. Sólo así se está en el presente. Sólo así seremos realmente libres.

viernes, octubre 16, 2009

Sobredosis de música

Siempre me ha gustado la música. No sé si me dé como para hacer "la banda sonora" de mi vida, pero muchos momentos están marcados por canciones, por letras y acordes que representan lo que he estado viviendo. Mi gusto musical es variadísimo y diverso: no sabría enumerar qué me gusta, pero sí lo que no: reggae, rock pesado, electrónica y rancheras (pero los escucho igual). En mi playlist conviven Yuri con Kiss, Daniela Romo le canta a Morrisey, The Beatles se mezclan con La Noche, Miranda! con Silvio Rodríguez, y así. A veces me da un poco de vergüenza, pero son mis gustos y los disfruto.
Durante esta semana he estado ampliando mi espectro musical, por eso el título de este post: sobredosis de música. Porque de escuchar canciones sueltas (de acuerdo a lo que voy escuchando en la radio -soy pésima para acordarme de los nombres de los artistas y de las canciones-) pasé a escuchar discos enteros y no de un solo grupo, sino que de varios: The Killers, Franz Ferdinand y Enrique Bunbury han ingresado a mis oídos y están marcando el momento que estoy viviendo. Y escuchar los discos es una experiencia totalmente distinta, porque hay que poner atención, recordar nombres, palabras, canciones. Porque a nadie le gusta todo.
Y así estoy: escuchando, marcando, recordando. The Killers vienen a Chile en noviembre y Bunbury a fin de mes. A alguno de esos dos conciertos iré. Sino a los dos. Porque la música es buena compañía, es un buen tema de conversación y es una buena forma de aprender.
¿Alguna recomendación?

lunes, octubre 12, 2009

Rabia y resentimiento

Llevo casi una semana pensando en rabias y resentimientos. Rabia es el enojo, lo impulsivo, ese calor en el estómago que sube por el cuerpo y enrojece nuestros rostros y que incluso a veces nos hace llorar. El resentimiento es lo que queda de la rabia, es esa piedra en el zapato de la que nos acordamos cada vez que pensamos que existe. Es el no dejar ir. Volver a sentir.
En eso he estado pensando estos días: en lo que me ha hecho rabiar y en lo que me ha causado resentimiento. Y es "simpático" hacer el ejercicio, porque hay cosas que una cree son resentimientos y no, son rabias, y viceversa. Y al pensarlas, etiquetarlas, clasificarlas, estas sensaciones se van objetivando y son observables. Y se aprende harto. Y la rabia pasa y el resentimiento también. Porque llenarse el alma de sentimientos oscuros oscurece todo.
Hagan el ejercicio, lo recomiendo. Y perdonen. Pero más importante aún: perdónense.

martes, octubre 06, 2009

Mujeres para todos los gustos

Dicen que las mujeres somos un universo por descubrir. Que somos tan diversas, tan complejas, tan incomprensibles que se podrían escribir páginas y páginas sobre nosotras. Y es verdad. Por algo, las abuelitas dicen "A las mujeres no hay que entenderlas, hay que quererlas" y creo que la mayor parte de los problemas entre hombres y mujeres es por este choque simple-complejo. Porque vaya que son simples los hombres. A veces los envidio. Para ellos el "sí" es "sí" y el "no", "no". Al pan, pan, y al vino, vino. En cambio las mujeres analizamos todo, le damos mil vueltas a las cosas y nunca llegamos a una conclusión racional. Somos más corazón, dicen.

Hace unas semanas vi una película en la que se refleja (de una manera superficial, pero no por eso mal lograda) este diverso mundo femenino. Su título en inglés es "He's just not that into you", que fue traducido como "Simplemente no te quiere". En ella, se muestran las vicisitudes amorosas de 5 mujeres, las que responden muy bien a los estereotipos femeninos en sus reacciones, esperanzas y búsqueda del amor. Me pasó que cuando la vi, me sentí identificada con cada una de ellas, a algunas las odié, a otras las amé. Vi algunas de mis reacciones y también observé cómo no me gustaría ser o cómo me gustaría ser.

Vamos una a una:
Está Beth (Jennifer Aniston), que vive hace años con su pareja sin casarse. ¿Por qué? Porque él no quiere casarse. Y ella parece estar de acuerdo, pero, en el fondo, no. Porque todas las mujeres quieren casarse. La que diga que no, miente. Entonces ella deja a su pareja por esto y empieza a hacerse cargo de su papá enfermo y nadie la ayuda y sufre por eso, pero está satisfecha porque está haciendo lo que quiere con su vida. Claro, vivir la vida por otro.

La que sí está casada (y según ella "bien casada") es Janine (Jennifer Connelly). Ella tiene la vida "perfecta": un marido guapísimo, una casa en remodelación, una pega increíble. Es la consejera de sus amigas solteras, con mala suerte en el amor. Pero, como siempre, no todo lo que brilla es oro. Nos damos cuenta de que es una mujer un poco reprimida, que se casó porque "tenía" que hacerlo, y que su vida perfecta es sólo una apariencia. Porque todas las mujeres soñamos con la vida perfecta. El problema es que no nos damos cuenta de que eso no existe. O cuando nos damos cuenta, ya es demasiado tarde.

Quien interfiere en la perfección aparente de este personaje es Anna (Scarlett Johansson), una mujer "libre". Profesora de yoga y cantante principiante conoce en un supermercado al guapísimo (¿ya lo mencioné?) marido de Janine y, claro, se gustan y, claro, se involucran (no sabría decir si sentimental o sexualmente o ambas). Y por otro lado tiene a un pastel de "pololo", al que trata como basura y lo pesca cuando quiere. Porque a las mujeres nos encanta que nos persigan, que nos regaloneen y que nos consientan aunque no entreguemos nada a cambio. Pero cuando nos enamoramos, siempre caemos con los que no nos persiguen, ni nos regalonean ni nos consienten. Maldito Murphy.

Amiga de Anna, Mary (Drew Barrymore) es la típica mina dulce, ilusa, que busca al hombre perfecto sin poder encontrarlo. Sus historias emocionan a sus amigos gays y siempre tiene mala pata. Pero "the one" estaba esperándola donde ella menos pensaba. Todas las mujeres buscamos donde no hay y no dejamos que la vida nos sorprenda hasta que ¡paf!, nos enfrentamos con la realidad.

Y al final, dejé a la mina más mina (como sustantivo, no adjetivo) de la película. La enrollada, la que desespera por un hombre, la que se desvive por tener un novio: Gigi (Ginnifer Goodwin, en la foto). Gigi es todo lo que no queremos ser, pero somos igual. La mina que engancha a la primera cita, que vive esperando que la llamen, que llama aunque sabe que no vale la pena, que genera encuentros "casuales", que ve señales donde no las hay, pero que termina aprendiendo que un poco de amor propio es más fuerte que Impulse. Porque todas las mujeres queremos encontrar a alguien, pero a veces nuestra propia impaciencia ahuyenta cualquier posibilidad.

Los dejo con el trailer de la película (ya está en DVD). ¡Ah! Y sí, hay personajes masculinos. Pero son tan accesorios que no vale la pena detenerse en ellos (jaja).

Y todas esperamos que nos llamen.