sábado, octubre 18, 2008

Emociones

Hace una semana y un día, llegó a este mundo Agustín, el primer hijo de mi hermana, primer nieto y mi primer sobrino directo. Lo veo y lo quiero. Miro sus fotos, le tomé decenas de fotos, y cada día lo encuentro más lindo, más perfecto, más querible.
Qué increíble cómo uno ama a una personita con solo nacer.

lunes, octubre 06, 2008

Volver a ti

Es difícil para mí escribir este post. Porque aún me cuesta procesar la noticia, todavía me siento mala amiga por haber dejado pasar tanto tiempo sin saber de él, porque no sé cómo mirarlo, qué decirle, qué hacer. Yo, la católica, la que cree en Dios, la que reza, me siento incapaz de hacerlo. Anoche, antes de quedarme dormida, recé un Padre Nuestro, un Ave María y a mi Ángel de la Guarda. Hoy, mientras me venía a la oficina, seguí rezando... y me sentí mejor, no por mí, sino porque sentí que estaba haciendo "algo" por él, por mi amigo.
Porque mi amigo está enfermo, muy enfermo. Ha pasado semanas enfermo, acompañado de pocas personas, y yo en la ignorancia absoluta. Mi amigo está hospitalizado desde hace tiempo y yo acá, haciendo mi vida, sin saber nada de él, creyendo que quizás andaba de viaje y que por eso no contestaba los mails o tenía su celular sin servicio. Y no hice nada más.
Pero ahora que lo sé, ignoro cómo actuar. Me dicen que vaya a visitarlo, que lo llame, que rece. Y es lo que quiero hacer. Pero no quiero llegar y mirarlo con esa lástima con que miramos a los enfermos. Quiero hacerlo reír, así como nos reímos cada vez que estamos juntos. Quiero ironizar con él, como tantas veces lo hacemos. Quiero llevarle flores, darle un beso en la frente y retarlo por no habernos contado. Quiero mirarlo mientras duerme y hacerle sentir que todo va a estar bien.
El problema es que no sé si todo va a estar bien. El problema es que mi amigo, mi gran amigo, tiene cáncer al pulmón. Y siento que no tengo nada en mi poder para ayudarlo. Y esa impotencia me hace mal. Sólo puedo rezar.