viernes, junio 03, 2016

Sobre el tema Qué Pasa / Michelle Bachelet:


  1. Nunca me ha gustado la defensa corporativa: eso de inmolarse por los periodistas o la libertad de expresión así como así, sin análisis, me parece peligroso.
  2. Encuentro que la Presidenta tiene todo el derecho a querellarse para defender su honra y la revista tiene todo el derecho a defenderse.
  3. Lo que no comparto es lo que está detrás de la querella y también detrás de la publicación. Me parece que publicar una “filtración” de “escuchas telefónicas” al imputado del Caso Caval, así, en bruto, sin comprobar veracidad de las afirmaciones, es un trabajo periodístico mediocre. El “golpe” no está en publicar la transcripción sino que confirmar y encontrar pruebas que demuestren la veracidad de lo que se está publicando. ¿Por qué? Porque hay que pensar en el efecto que esta publicación tendrá, en su aporte a la vida de las personas a las que estoy informando, a lo que en la escuela de Periodismo nos lo enseñan como el “bien común”. Saber que el señor Díaz dijo que la Presidenta recibiría plata de las operaciones de Caval, no cambia nada, a no ser que se compruebe que es cierto. Ahí hay golpe, ahí hay efecto, y ahí la revista tiene todas las de ganar. 
  4. Y la querella… eso de “en la publicación impresa borraron todo lo que Díaz decía de la derecha y solo dejaron lo de Bachelet” me parece de un infantilismo brutal. De hecho, más que una acción jurídica, lo que está en juego es una acción ética. Pero hace rato que la ética dejó de ser importante en todo ámbito, así que a la Presidenta no le quedaba otra que querellarse, como una muestra de que a ella no le van con cuentos. Bajo mi criterio, lo encuentro exagerado, y entrega una señal muy negativa.
  5. Sobre el rol de Paulsen… me parece excelente que haya renunciado a la radio ADN por conflicto de interés, porque es parte del proceso al trabajar en el estudio de Hermosilla (abogado de Bachelet). Me genera conflicto que un periodista sea parte de una querella contra periodistas, pero como dije en el punto 1. la defensa corporativa no es lo mío.
  6. Me parece muy peligroso lo que Qué Pasa declara en su editorial, puesto que establece una confrontación directa con el gobierno, e igualar la acción de la presidenta a lo que han hecho gobernantes latinoamericanos mucho más cuestionados (por otros motivos) no me parece responsable y entrega más argumentos a quienes dicen que hay “animadversión” contra Bachelet. Qué Pasa ejerció la libertad de expresión para publicar una filtración, lo que a Bachelet la hizo sentirse ofendida, y ocupó el tribunal para defender su honra. No creo que la acción de Bachelet coarte la libertad de expresión, solamente pone el foco en usar esta libertad con mayor responsabilidad. 


lunes, mayo 25, 2015

Afinaciones, des-afinaciones y reparadores de sueños


Ver a Silvio Rodríguez en vivo era una deuda pendiente. Lo vi una vez, en el 2003, en un festival-homenaje a Salvador Allende, en el Estadio Nacional. Fueron cuatro horas de espera, bajo la lluvia, para escuchar tres o cuatro canciones, muerta de frío. Quedé muy contenta, pese a todo, porque cantó "Te doy una canción", una de mis favoritas del cancionero del cubano, pero sentí que quedó algo pendiente: mal que mal, Silvio es uno de los artistas "de la vida", de esos que no recuerdas cuándo fue la primera vez que lo escuchaste o de los que tienes miles de momentos acompañados de su música. Silvio me ha acompañado desde que tengo recuerdos, en distintas etapas, con distintos momentos, y diferentes enfoques. Me faltaba escucharlo, sin estar mojada y friolenta, exclusivamente a él. Tuvieron que pasar 12 años para el reencuentro.
Y fue un reencuentro extraño. Porque yo estoy más vieja (Silvio también, pero eso da lo mismo), porque estuvo una hora (o más) recorriendo canciones poco conocidas (no exclusivamente porque me faltara escuchar lo más nuevo, sino porque presentó canciones de un disco que aún no se publica), porque a mis treintaycasimedio años estoy cada vez más parecida a mi mamá. Fue un buen show, un excelente show: los músicos que acompañan a Silvio son como para admirarlos por separado, los arreglos de sus canciones más conocidas hacen que sea refrescante escucharlos, su voz sigue bien (aunque se lanza unos "Fito Páez" de vez en cuando) y fueron dos horas y media. Pero...
Quedé con una sensación extraña. Quizás fue mucho rato sin escuchar canciones nuevas, o tal vez me molestó no poder disfrutar de "Óleo de una mujer con sombrero" porque apenas escuché cantar a Silvio entre medio de todas las voces del público. Puede ser que me encandilé muchas veces con el flash de la cámara de la señora que estaba atrás mío (se le ocurría tomar fotos justo cuando yo miraba a mi lado) o quizás fue el comentario de su acompañante cuando empezó "Ángel para un final" ("¡La canción de Camiroaga!"). 
No tengo nada en contra de que la gente que va a un concierto cante a todo pulmón las canciones. Lo que  me molesta es que canten mal, y con "mal" no me refiero a desafinado: si vas a un show y cantas una canción mínimo que te sepas la letra, o dónde va el coro, o termina una frase. No puedes cantar el coro de "Quien fuera" después de la primera estrofa o apurarte con el "final" de "Ángel para un...". Eso me pone mal genio.
Y después de casi dos horas y media de show, con muchos éxitos y lindas canciones, llegó "Santiago de Chile" y quedé un poco triste, no tanto porque terminaba el concierto, sino porque lo que dice Silvio ("Eso no está muerto, no me lo mataron") pasó: el Chile pre-dictadura ya no existe. Es cosa de ver las noticias políticas de hoy... somos otro país, que recién está mirándose las cicatrices profundas que dejaron 17 años de dictadura. En eso pensaba cuando la gente pifiaba con las luces encendidas, pidiendo más. Y salió Silvio con sus músicos y dijo que estaba haciendo una excepción, y que iba a tocar una canción que tocaba cuando, en las poblaciones, le tocaba presentarse frente a los niños, porque era una canción infantil. Y apareció "El reparador de sueños" y me acordé de cuando yo era chica y le pedía esta canción a mi mamá, y de todas las otras veces en las que la escuché, recordando esos años. Y quedé contenta. Gracias, Silvio, por traer al reparador a arreglar la sensación con la que quedé en este concierto.
Y una muestra de la época en la que estamos... entre canción y canción, Silvio empezó a afinar su guitarra, y en el silencio, alguien gritó: "¡Viva Cuba!" y él respondió: "Viva la afinación... y Cuba... y Chile".

viernes, enero 04, 2013

32 años

Empecé este blog el 2005, cuando estaba cerca de cumplir 25 años. Hoy cumplo 32 y es mi post número 366 (según la estadística de Blogger). Cuando abrí este blog apenas había salido de la universidad, estaba prácticamente terminando mi primer año laboral y tenía mucho que decir. Hoy, también, pero hay muchas otras fuentes donde hacerlo, por eso la producción de este blog cayó sustantivamente en los últimos años.
Pero todos estos años, dedico unas palabras en este espacio a mi cumpleaños. He hecho listas (2006 y 2011), revisado esas listas, he aplicado el suspenso y lo concreto. Este año sólo quiero agradecer por estos 32 años de vida. Me siento plena y contenta, llena de energías para seguir adelante por 32 años más (y más, no tengo la menor intención de morir antes de los 80 años).
Mis 32 los recibo siendo mamá, terminando mi postnatal donde estuve con Mateo y lo disfruté, donde aprendí a ser madre y él me enseñó a ser más prudente, más paciente, más entregada. En mis 32 espero consolidar (por fin) la hermosa relación que tengo con CJ, formalizar la familia que hemos formado a base de amor y respeto. Este año quiero que sea mi año de despegue profesional: luego de 6 meses de inactividad, estoy con toda la energía y las ganas de ser un aporte en mi lugar de trabajo, y así a la sociedad.
Quiero ser amiga de mis amigos/as, hermana de mis hermanos/a, hija de mis padres, tía de mis sobrinos, cuñada de mis cuñados/as, nuera de mis suegros. Abrir el círculo social y dejarme sorprender.
Mis 32 los recibo de la mejor manera: abierta, con energía y agradecida. En familia y, por qué no decirlo, feliz. A soplar las velitas.



viernes, mayo 11, 2012

Las cosas por su nombre

El año 2003, el conocido "caso Spiniak" develó una realidad que no estábamos acostumbrados a reconocer: en nuestro país había niños, niñas y adolescentes que eran explotados sexualmente por mayores de edad, lo que se conoce erróneamente como prostitución infantil. Esta semana, se desbarató una red de explotación sexual comercial infantil (lo que se conoce como ESCI), siendo detenidos cinco adultos que contactaban a niños en Plaza de Armas y les ofrecían dinero y drogas a cambio de sexo. Las noticias mencionaron el caso como "Desbaratan banda de prostitución infantil".
Un niño, niña o adolescente es explotado, no se prostituye. Un niño, niña o adolescente es víctima, no autor. Si hablamos de "prostitución" estamos dando por hecho que el niño/a o adolescente tiene la "voluntad" de entregar sexo a cambio de dinero o especies. Si hablamos de "prostitución", estamos responsabilizando a un niño de su propia vulneración.Un niño, niña o adolescente que es explotado sexualmente está siendo sometido a una de las peores formas de trabajo infantil.
Por eso el foco no debe estar en el "niño que se ofrece", sino que en el adulto que explota, que se aprovecha de la vulnerabilidad de este niño, que a cambio de dinero le quita su infancia. La Explotación Sexual Comercial Infantil es una vulneración grave de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Porque se conjugan distintos tipos de violencia: abuso sexual, maltrato, abandono. Y es deber de todos trabajar para eliminarla.

miércoles, enero 04, 2012

Y son veintionce....

Cumplo 31.
El año pasado hice una lista con las 30 cosas que iba a hacer en mis 30, y quedaron algunas pendientes. Sólo puedo decir que este año habrá una tarea más. Porque son 31.
Happy birthday to me!