miércoles, julio 29, 2009

Desierto y mar

Me encanta el norte de Chile. Me gusta que tenga historia, el clima, los paisajes, el desierto, el mar. Me gustan las distancias largas entre ciudad y ciudad, la soledad del desierto, los colores del cielo, el frío en la noche y calor en el día. En el sur me agobia tanta naturaleza, tanta vegetación, tanto río. Es hermoso, claro, pero me siento insignificante entre tanto verde. En el norte, siento que la individualidad crece en la inmensidad. Cada color del desierto, movimiento en el mar, figura en una nube son percepciones individuales: el rojo del cielo que ves en un atardecer no es el mismo que vio tu compañero o el que verá otra persona mañana. Todo es único.
Paisajes, historia, colores, frío, calor. El norte de Chile lo tiene todo. Y me encanta.

jueves, julio 09, 2009

El comienzo y el fin

Abrí este blog en octubre de 2005 porque "todo el mundo" tenía y porque encontré que era una buena forma de comunicarse y expresarse. Muchos amigos tenían sus propias bitácoras y también empecé a seguir a personas que no conocía personalmente, pero que tenían un punto de vista llamativo y novedoso. Durante los primeros dos años de este blog, mi frecuencia de posteo era 8,5 veces por mes: dos veces por semana promedio. Pero en estos dos últimos años, este promedio se ha visto disminuido a la mitad. Y también los blogs que seguía han desaparecido. ¿Qué pasó entre medio? Me atrevería a decir que la llegada de Facebook y Twitter (más bien su masificación) ha mermado la lectura y escritura de los blogs. Y también está Tumblr, una nueva plataforma que ya están usando los más adelantados en esto de la web. Yo también estoy en Twitter y, cómo no, en Facebook, pero no pienso dejar de escribir en mi blog.

¿Por qué sigo con esto?
Porque me gusta tener mi espacio de reflexión, opinión, desahogo, información, comunicación. Me gusta poder dedicarle unas letras a las personas que nos dejan, a mi vida cotidiana, a lo que me gusta o me disgusta, a las cosas importantes que pasan en mi vida y a las no tanto. Si me leen o no, si me comentan o no, no es relevante a la hora de decidir abrir esta ventana y empezar a juntar las letras. No estoy menospreciando sus visitas o lecturas, para nada. Me encanta que me visiten y que compartan sus opiniones conmigo, pero no dejaré de escribir si no recibo feedback. Dejaré de escribir el día que me muera, espero.
De los blogs que seguía cuando abrí este espacio, no queda ninguno.
Espero que no pase lo mismo conmigo.

Y, como dice Cerati: Gracias por venir.

lunes, julio 06, 2009

Canción para mi muerte

"Te suplico que me avises si me vienes a buscar, no es porque te tenga miedo, sólo me quiero arreglar" (Sui Generis).

Siempre he visto a la muerte desde lejos. No le tengo particular miedo, sino que más bien le tengo respeto. Como dicen, la muerte es lo único seguro que tiene la vida. Este año, particularmente ha estado más cerca de nunca. En estos meses, me ha tocado ir a tres misas fúnebres (dos tíos abuelos, un amigo cercano) y siento que siempre es lo mismo. La persona muere, le llevan flores, lloran su muerte, el sacerdote siempre dice lo mismo, el agua bendita, el padrenuestro y el avemaría.
Soy católica, así que creo que hay algo después de la vida. Eso sí, la dicotomía "cielo-infierno" aún no la comprendo del todo. Creo también en que hay almas que no siempre se van. Y también creo en la permanencia de nuestros seres queridos en este mundo, a través de nuestros recuerdos. Creo en los ángeles de la guarda: no en niños alados vestidos de blanco, sino que en las personas que partieron antes que nosotros y nos echan una mano en el más allá. Creo en los asuntos pendientes de los que partieron antes de tiempo, así como también en las misiones cumplidas de quienes no tienen más que hacer acá. Y anhelo que en el más allá todos nos volvamos a encontrar.
Respecto a mi propia muerte, trato de no pensar mucho en ello. Más que la muerte, prefiero planificar mi vida. Espero alcanzar a vivir lo suficiente como para lograr trascender. Espero no dejar asuntos pendientes. Quiero que me recuerden con cariño y que no me lloren con angustia, sino que con melancolía. Y lo más importante: por favor, no me dejen en un cementerio. Quiero que me cremen y dejen mis cenizas donde les parezca mejor, pero no en un cementerio. Me volvería a morir de la soledad.
¿Algo que decir respecto a la muerte?