Todo el mundo tiene blog: A horas del cierre...

Siempre he tenido un cuento especial con los años pares, y éste no fue la excepción. Nunca me han gustado los años pares, y eso que muchas cosas lindas han pasado en ellos: nació el Cri, mis dos hermanos chicos, me gradué del colegio, viajé por primera vez en mi vida fuera de Chile (3 veces), conocí al Cri, pasé mi examen de grado, me titulé, empecé a trabajar en mi primera pega, etc, etc. Los años pares son como interminables, redondos, movidos como un círculo. Los impares, en cambio, los percibo más cuadrados, o triangulares, más definidos, menos vagos. Sensaciones de una.

Este año 2008 ha sido muy movido, con muchos cambios, momentos amargos y otros de una dulzura fenomenal. Ha sido un año para no olvidar, de múltiples acontecimientos que quedaron marcados a fuego en mi vida. Tantas cosas, en 366 días (más encima, fue un año bisiesto). Pero ya quería que se acabara este 2008, hace tiempo, porque me gusta la energía renovada de un cambio en el calendario, en la agenda, en la vida. El respiro que viene el 1 de enero, ese día que siempre es tan caluroso y que se desvanece entre sueños, salidas al aire libre, caminatas, conversaciones. Y luego mi cumpleaños. Me encanta cumplir años el cuarto día del año.

A fines del 2007, hice una lista con las certezas de lo que en ese momento creí que iban a pasar en el 2008. La tomo, para hacer mi recuento personal:

Será nuestro matrimonio: Cristián y yo nos casamos el 12 de enero de 2008, en la Parroquia Niño Dios de Malloco, y celebramos con todos los que nos quieren y queremos en El Madrigal. Entramos a nuestra fiesta con nuestra canción ("Juntos" de Paloma San Basilio), bailamos hasta las 5 am y nos fuimos a comer un mariscal al mercado a las 6. Partimos de luna de miel a Cuba y volvimos a hacer nuestra vida en pareja, en familia.
Volveré a estudiar: de marzo a diciembre hice el Diplomado en Comunicación Corporativa en la PUC y fue una súper experiencia, de aprendizaje y crecimiento personal y profesional.
Aprenderé a manejar nuevamente: pendiente, esto nos dice lo poco que sabemos de lo que vendrá (jeje).
Despediré y recibiré a otros amigos: la Cata a Madrid, Cristóbal al Noviciado. La primi que terminó su master en Europa y volvió a vivir en Chile (no sabemos por cuánto). Chris, el amigo que conocí por este blog y que de a poco está apareciendo en mi vida "real". Rosario, que desapareció así como llegó.
Administraré mi propio hogar: un dulce hogar, en el que reímos, peleamos, comemos, dormimos, invitamos, recibimos, limpiamos, ordenamos, amamos. Y, relacionado con esto, cambiamos el auto.
Iré al teatro, a conciertos, al cine: más al cine que al teatro, no hubo conciertos (al único al que iba a ir (Juan Luis Guerra) se suspendió), sí la tocata de Los Peakles.
Disfrutaré fines de semana con mi familia y amigos: viajes a Pichidangui, Cajón del Maipo, almuerzos con mi familia materna y política, cumpleaños, risas, navidades, años nuevos.
Acompañaré a quien me necesite: siempre a un telefonazo, un mail, un mensaje. Aunque a veces eso también se me olvida. Y acompañar también al tata, luego de la partida de mi abuelita Sara el 08-08-08, fecha cabalística, dicen que el 8 es el número de la eternidad.
Celebraré mi cumpleaños: y no llegó tanta gente, pero al día siguiente fue mi despedida de soltera y una semana después, el matrimonio... mucho evento social.
Se casarán algunas amigas: La Pili en marzo, la Berni en noviembre. Gonzalo y Nacho en octubre.
Nacerá Emilia: llegó el 14 de mayo. Y el 10 de octubre (10 del 10) llegó a este mundo el ser más hermoso y luminoso de mi existencia: mi sobrinito Agustín. ¡Qué manera de amar a ese niño!
Haré deporte: ¿subir y bajar escaleras es deporte?
Viajaré: Cuba en enero, Mendoza en octubre.
Seguiré odiando al Transantiago: aunque menos, por la cercanía de mi nueva casa con mi trabajo.
Seré feliz: que es lo más importante... y hacer felices a los demás.