miércoles, agosto 09, 2006

Mi unicornio azul

No soy buena para perder cosas. Por eso, cuando me pasa, me da una pena enorme, además de rabia. Lo más importante que se me ha perdido (en el sentido material) y que lamento hasta el día de hoy es mi joya de los 18 años [mamá me regaló un anillo de oro con dos piedritas cuando cumplí la mayoría de edad en enero del 99 y se me cayó en la playa en febrero de ese año].
Cuando era más chica una vez se me perdió un par de zapatillas Adidas negras y me había costado un mundo convencer a mi papá para que me las comprara [después me compró otras... la chiquilla malcriada]. Y otra vez se me perdió un regalo que una persona que fue especial en un tiempo me hizo [aunque no me lo repuso].
Hoy pasó algo similar: se me había perdido mi rosario, el que un amigo me trajo de Europa (pueblito de Asís) hace más de cinco años, que había sido bendito por el difunto papa Juan Pablo II y que me acompañaba todos los días en mis tareas diarias. Más que un artículo religioso, era una especie de amuleto que representaba la compañía de Dios en mi vida. Me dio mucha pena, lo busqué por todos lados y no, no estaba. Me había resignado a la pérdida, cuando, de la nada, lo sentí. Estaba escondido en un rincón en el que no había buscado.
¡Me alegré tanto! No era primera vez que aparecía así... pero no puedo confiarme.


Este post era triste, por la pérdida, pero lo cambié luego del hallazgo.

8 comentarios:

  1. Los objetos a los que tenemos cariño no lo harían... No lo pierdas. ;-)

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  2. Yo no soy de perder muchas cosas, y si las pierdo.. no me importa mucho tampoco.
    Tratando de acordarme de las cosas importantes que he perdido, me acordé de un reloj bakan que mi viejo me regaló alguna vez. Tenía altimetro, barómetro, etc. lo más complicado era ver la hora. También fué doloroso perder una agenda, donde tenía direcciones y teléfonos de amigos que son imposibles de recuperar. Eso es como perder a un amigo.....
    Que lata!!

    Pero, me alegro mucho que lo encontrras. No soy muy católico, pero cuando pienso en el papa, para mi sigue siendo Juan Pablo II

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  3. Mi lista de perdidas es bastante pero bastante larga, aunque no porque se perdieran las cosas sino mas bien "se echaron a perder" y de dañaron, se rompieron o las bote, algunas me las robaron, pero esa sensacion de ausencia y falta es algo muy triste, si es asi con algo material, no me imagino perder a una persona o un amigo, debe ser muy duro

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  4. Mmmm... para la Primera Comunión Mis abuelos me habían regalado unos aros de oro preciosos... y después de un tiempo desaparecieron, junto con un anillo de oro con una perla (de veritas de veritas)... Los busqué por mucho tiempo y nunca los encontré. Después supe que había sido una nana que trabajó en la casa la que se había robado muchas cosas, entre ellas mis joyas.

    Después cuando murió mi abuelo Mincho juré usar una cadena de oro con una cruz y una virgen por siempre en mi cuello (regalos de mi abuelo) y la vez que me lo saqué... ¡plop! desapareció. Gracias a Dios (porque justo en esas fechas me estaba cambiando de casa) apareció la medallita... y créeme salté de felicidad por una hora. Es que es lo más preciado que tengo de mi abuelo. Ahora no la uso mucho, pero está bien guardadita en mi casa. Besos enormes Vale.

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  5. Viva Viva!!! que bueno que lo hayas encontrado.
    Saludos amiga

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  6. Qué bueno que encontró ese rosario.

    Qué bueno que le haya significado tanto.

    Un gran saludo

    emilfork

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  7. Qué bueno que lo encontraste. Quizás se había escondido un ratito para probarte y apareció cuando se dio cuenta de tu pena.
    Menos mal que se decidió a aparecer.

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  8. Una leyenda hindú dice que Brahama, el señor de los dioses, quiso quitarles el poder divino a los hombres y esconderlo en alguna parte para que no lo encontraran.

    Los dioses menores propusieron como escondite enterrar la divinidad del hombre en la tierra. Pero Brahama se opuso pues al hombre le bastaría con cavar la tierra algún día para encontrarla.

    Entonces se propuso esconderla en lo más profundo del mar, pero Brahama hizo ver que el hombre tarde o temprano explorará los fondos marinos y la encontraría.

    Lo mismo pasó con lo más alto del cielo.

    Al final, los dioses menores dijeron: "No sabemos dónde esconderla, pues no existirá ningún lugar en este mundo en donde el hombre no vaya poder a llegar".

    Entonces Brahama dijo: "Lo que vamos a hacer con la divinidad del hombre, es esconderla en lo más profundo de él mismo... porque es el único sitio en donde jamás pensará buscar"

    Eso es lo que enseña esa leyenda: El hombre ha escalado montañas, volado por las alturas, sumergido en el mar y explorando la tierra entera en busca de algo que está adentro de sí mismo.

    Sucede muchas veces, aunque suene cliché... las cosas aparecen en donde menos las hemos buscado.

    A mí también me pasa, claro está que para pequeñas cosas materiales como tu rosario o un par de aros en mi caso, la leyeda no sirve mucho, jeje.

    Pero al menos es bonita..
    Saludos!
    Soledad.

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"Puedo no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo" (versión libre de la frase de Voltaire)