jueves, diciembre 31, 2009

2009 para recordar

Cada 31 de diciembre abro este blog y escribo unas palabras para despedir el año, a veces me da por hacer resúmenes, otras veces transmito mis expectativas para el que está por llegar, y otras no recuerdo.
Este 2009 es un año que nunca olvidaré. Ha sido un año lleno de cambios, pero lo más importante es que han sido cambios que he vivido a concho, que he enfrentado, algunas veces bien, otras quizás no tan bien, pero siento que por fin estoy aprendiendo a VIVIR. El 2009 fue un año que viví, más que muchos otros de mi corta (ja!) vida.
Me encantan las listas, acá va el 2009 en pocas líneas:
  • Me cambié de pega y ha sido un tremendo desafío y crecimiento personal.
  • Conocí un lugar maravilloso: San Andrés, en Colombia.
  • Un niño maravilloso vestido de blanco se instaló a fuego en mi corazón.
  • Tomé una decisión que provocó un terremoto en mi vida y en la de muchas personas.
  • Me conecté conmigo misma.
  • Me hice un tatuaje.
  • Celebré Fiestas Patrias en Maitencillo.
  • Conocí gente nueva y maravillosa.
  • Perdí a personas maravillosas.
  • Me perdí yo misma algunas veces.
  • Vivo sola.
  • Empecé a hacer terapia y ha sido increíble.
  • Estoy empezando a reconectarme con mis afectos y a que me conozcan nuevamente los que ya me quieren. Pero eso es tarea para el 2010.
Feliz año nuevo para todos quienes pasen por acá.

viernes, diciembre 18, 2009

Un post demasiado personal

Alejarse del mundo para centrarse en uno mismo es un buen ejercicio. Sobre todo cuando nace de adentro, cuando no es una obligación, cuando mirarse hacia dentro es una necesidad insoslayable. Los afectos no tienen nada que ver con la presencia. Quererse y acompañarse no necesariamente tienen que ir de la mano. Porque estar solo no es ser no-querido. No llamar, no visitar, no significa que te dejó de importar ese alguien (no necesariamente).
Hay un poema de Benedetti que dice: "De vez en cuando hay que hacer / una pausa / contemplarse a sí mismo / sin la fruición cotidiana / examinar el pasado / rubro por rubro / etapa por etapa / baldosa por baldosa / y no llorarse las mentiras / sino cantarse las verdades"... y eso he estado haciendo en estos meses.
Este año ha sido un terremoto, de principio a fin, un conocerme y aceptarme a mí misma con mis luces y sombras, con mis errores y aciertos, con mis máscaras y rostros descubiertos, de alejarme y acercarme, de conocer y desconocer. Y estoy en eso. Ahora me siento lista para volver, de a poco van sanando las heridas (propias y ajenas) y no puedo empezar este camino sin acercarme a los que me quieren y quiero. Sólo algunos tendrán que aprender a quererme nuevamente. Porque no soy la misma. Y eso es bueno, porque por fin podré ser yo misma, honesta y clara. Ahora lo sé. Y ha sido gracias a todo lo que me ha tocado vivir.
Mis tiempos los he manejado de la mejor forma posible. He masticado el dolor, he reflexionado mis equivocaciones, he conversado sobre mi personalidad, he revisado mi biografía. Y sigo haciéndolo. Si ahora vuelvo, es sin excusas. No voy a explicar nada, sólo voy a compartir (como lo estoy haciendo en este post) lo que he estado viviendo. Para que entiendan quién soy. Y sigo siendo la misma. Sólo que más auténtica. Es decir, mejor.