Pero todo lo vivido, las lágrimas derramadas, las risas, los cariños, todo, me ha dejado una enseñanza: aprendí a vivir. Porque vivir no es pasar por la existencia sin dejar huella. Porque no has vivido si no has amado de verdad, si no has perdido de verdad, si no has extrañado de verdad, si no has estado sola de verdad, si no has reído de verdad, si no has abrazado de verdad. Porque este año, con todo lo bueno y con todo lo difícil, me enseñó a ser más yo, a luchar por quien soy y, principalmente, aprendí a no congelar mis emociones.
Es un camino eterno, dura lo que dura la vida, pero me siento satisfecha de lo que he logrado. Aún me falta mucho, no porque se acaba el año termina esta tarea, pero quiero dejar plasmada mi satisfacción por todo lo avanzado. Estoy muy cansada, pero con energías para seguir caminando y aprendiendo. Siempre aprendiendo.
Agradezco a la existencia por darme siempre oportunidades para crecer.
Hay que seguir no más y no estás sola.:)
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