No hay caso.
Hay momentos buenos y momentos no tan buenos. Y en mi caso, cuando estoy en uno de esos momentos es a full, no hay grises: todo bien o todo mal. Así de simple. Quizás me cuesta darme cuenta de las cosas, por eso todo tiene que ser tan intenso, como para que no quepa ninguna duda de que está todo bien o todo mal.
Lo bueno de todo esto es que puedo salir a flote, que tarde o temprano todo empieza a mejorar. Lo malo de todo esto, es que todo buen momento pasa y hay que estar preparado para todo. Que los momentos no tan buenos sean totalmente intensos ayuda a que quiera salir de eso con rapidez.
Me cuesta darme cuenta de las cosas. Pero ya lo hice. Ahora, manos a la obra.
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Bien por tu fortaleza, ojalá no te desinfles en la mitad. Aunque ni te conozco sería una decepción.
ResponderBorrarte mando un poco de energía entonces. ya?
Giuseppe Tanino
Uh... mi comprensión lectora es la clásica de un jueves-sabor-viernes a las 7.30 pm. ¿Todo bien o todo mal?... mira que si está todo bien, a puro guardar los recuerdos. Y si está mal... qué importa. Si uno tiende a olvidarlos (milan Kundera, maestro).
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