Una hermosa canción.
Si seco un llanto (Silvio Rodríguez)
Un día, junto al mar, la más triste canción
oyó llorar a un alma su dolor,
y a por el alma fue vibrando la tonada,
conmovida y gentil, maravillada.
¿Qué pena lloras tú -le dijo la canción-
que me has trocado en gracia el corazón?
¿De qué me sirve a mí -le respondió un sollozo-
la virtud, si no tengo un canto hermoso?
Sospecho que hoy empiezo a ser canción.
Y tengo la impresión de que seré tu sol
si logro ser tu canto.
Sospecho que hoy empiezo a ser canción,
si seco un llanto.
Un día, junto al mar, un alma oyó su voz
y una tonada hallaba su razón.
Fue el día en que nació la verdad hechizada:
la melodía y el alma enamoradas.
El alma con canción iluminó su hogar,
y la canción con alma echó a volar.
Desde entonces las dos vivieron más despacio,
a pesar de su tiempo y de su espacio.
Sospecho que hoy empiezo a ser canción.
Y tengo la impresión de que seré tu sol
si logro ser tu canto.
Sospecho que hoy empiezo a ser canción,
si seco un llanto.